lunes, 6 de octubre de 2025

Velar lo femenino

 

“Para tener acceso a lo femenino, hay que separarse de la madre”
                                                                                                                      Marie Hélene Brousse

 

Este es el comentario a la película "Las cuatro hijas" de Kaouther Ben Hania, realizado por invitación del espacio de la cinemateca de la NEL-Lima, es una película preciosa y muy conmovedora.

La directora realiza este documental bajo un formato novedoso al proponer una actuación hibrida, es decir convoca a actrices para representar a las hermanas ausentes además de los momentos familiares más dolorosos y ellas, las protagonistas de su propia historia, Olfa la madre y sus dos hijas menores participan del mismo, otorgándole un plus emocionante, sobresaliendo la valentía de ellas al consentir a revivir situaciones que han dejado sin duda marcas traumáticas a cada cual en singular.

La película/documental transcurre frente a una realidad radicalmente distinta a la nuestra, se rigen por reglas y normas estrictamente patriarcales, la mujer tiene un lugar social invisible, la directora se pregunta que puede motivar a una mujer a unirse al estado islámico.

Durante la película Olfa va notando que la tradición de maltrato, violencia y abusos que ella llama “la maldición” que ha sufrido en el seno de su propia familia, lo ha repetido con sus hijas,  como lo nombramos en psicoanálisis el estrago, “Con el hecho del estrago que, en la mujer, en la mayoría, es la relación con la madre, de la cual parece esperar como mujer más sustancia que de su padre –lo que no va con su ser segundo en este estrago[1] significantes que llevan la marca de lo traumático de generación en generación, trasmitido por la madre, Olfa tenía tanto miedo de ver a sus hijas convertirse en putas, ambas en edad adolescente, en el despertar de su sexualidad, la madre aplasta con violencia cualquier signo o señal  que mostrara a una mujer, como puede ser depilarse o pintarse el cabello, ella buscaba los recursos para protegerlas del mal exterior, del afuera, pero no pudo despojarse de las marcas de violencia que marcaron su vida y termina por repetirlas con sus hijas. Esto se evidencia cuando no opera el significante del nombre del padre, no se puede introducir esa separación madre/hija/o

Este es una situación que aparece en la película, pero también en la vida, sobre todo en la época, hay un padre evaporado dice Lacan, Miller elige el término “el padre vuelto vapor”, la reducción, la caída y finalmente el padre evaporado, no son sin consecuencias en lo social que se produce a partir del cambio de coordenadas, donde el padre como significante que introduce un orden simbólico, deja de serlo. “En épocas del “padre evaporado” como lo dice Lacan, las familias no diferencian a la madre y al padre”[2] donde padre y madre independientemente del género que cada uno porte, padre y madre en sus funciones no es los de antes, el significante del nombre de padre, es decir la palabra de quien encarnara esa función, intenta producir una separación entre hijo/hija del deseo enigmático de la madre, Lacan nombra ese movimiento de horizontalidad de la época como parentalidades, como una respuesta ante la multiplicidad de lazos que existen actualmente, para conformar una familia, lo que deja a la vista es el malestar familiar de la época.

Que salidas posibles para una mujer, donde el estrago, en una sociedad tan radical que hay que elegir entre ser puta o ser mala como lo plantea la película, lo que se decanta en el empuje a separarse del linaje, lo que se pone en juego es la vertiente de como introducir una separación con la madre y el linaje materno, en términos del psicoanálisis de orientación lacaniana la falta de separación con la madre no permite construirse una propia vida.

Tal vez es en ese sentido que las hijas mayores comienzan a explorar vestimentas como el hijab en un primer momento y luego el niqab, velo que cubre todo el cuerpo, no eran obligatorios en ese entonces, al parecer después de la revolución Tunecina del 2011, resurgió la atracción por unirse a estos grupos. Las hijas mayores introducen un NO a darle continuidad a esa historia que se repite, tal vez la decisión de unirse al estado islámico es una salida posible “la huida es una búsqueda desesperada de solución, pero que es únicamente imaginaria [3] (Cita extraída de un texto de PIPOL 12, las jornadas europeas que han sido hace poco sobre el malestar en la familia) ¿puede ser leída la radicalización de Rahma y Ghofrane como un intento fallido de separación?

Un momento muy conmovedor del documental es cuando le preguntan a Eya qué les diría a sus hermanas si pudiera volver a verlas: "Esta familia te destruyó, no permitiré que me destruya a mí". Eso es muy impactante viniendo de alguien que ha sufrido tanto dolor, esa es una decisión indeclinable y una elección de preservarse.

 

 

 

 

 Bibliografía

1.     Lacan, Jacques. “Atolondradicho”. Otros escritos. Paidós, Buenos Aires, 2012. p. 489.

2.     Maríe Helene Brousse, Modo de gozar en femenino, P. 26

 

3  Alberti, Christiane; Ansermet, François; Brousse Marie-Hélène; Gana, Ana Lia; Guaraguara, Sofía. Exilios: miradas psicoanalíticas, (Bajo la dirección) Sofia Guaraguara. Textos establecidos por Flavia Hofstetter. 2da ed. Ginebra, col. Asociación Ginebrina de los Psicólogos, Encuentro-Rencontre 2019 (pronto será traducido al español).