Buzz un personaje tan entrañable, tan querido y recordado de la infancia de mi hijo, hasta hace poco tiempo el juguete permanecía encajado, era difícil soltarlo, pero ya se fue, para que otro niño/a lo disfrute!
No sé si la película fue buena o no, yo, fui a ver
a Buzz, y del beso que tanto ha dado que hablar, ni me percaté. Pero no es de
ninguna de esas dos cosas que quiero expresarme.
A mí me gusta la determinación y seguridad que
muestra su personaje desde “Toy Story”, su carisma, su sensibilidad, sus
valores, un personaje/juguete digno de adquirir para cualquier niño/a.
Está imposición “ser perfecto” que parece venir
del Otro, en realidad viene de él mismo, de lo que supone que el Otro espera de
él, ¡pero nada es gratis! el precio que paga por hacer existir un Buzz perfecto
es perderse de vivir, los detalles son indispensables, los amigos/as, los
afectos que nos tocan el corazón para hacernos vibrar de emociones cualquieras
estas sean, peor aún, es no darse cuenta que transitas la vida sin vivirla.
¡Me sigue gustando ese personaje tan adorable!
¡Que finalmente logró comprender que vivir es más que ser bueno o mejor dicho
excelente en lo que sea que te desempeñes! ¡Vivir es una elección!